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BLANSKET: Historia del Baloncesto: El mejor partido de la historia de la NBA

miércoles, 23 de abril de 2008

Historia del Baloncesto: El mejor partido de la historia de la NBA

Ya vuelve el abuelo Manolo con sus enormes parrafadas y artículos enciclopédicos para revivir esos momentos dorados de la historia de nuestro deporte. Algunos afortunados los vivieron en directo, y otros, como la mayoría de nosotros, sólo los podemos vivir a través de las lecturas o los videos. Hoy pasaremos revista al que se ha catalogado por todos los especialistas como: “El mejor partido de la historia”, a lo largo de este texto trataremos de dar una visión de lo que sucedió aquella noche en el mítico Boston Garden.



"Después de todos estos años, lo que me viene a la mente es que fue un privilegio haber podido participar en ese partido", dice Paul Westphal, que en aquella época pasaba su primer año en Phoenix tras ser traspasado por los Celtics.

"Ese partido significó mucho para mucha gente. Es un partido que todo aficionado que lo vio aún lo recuerda. Y ese partido fue un microcosmos de nuestra temporada. Tuvimos un horrible inicio, nos mantuvimos unidos, hicimos una improbable recuperación y, chico, llegamos a un final interesante".

La ironía, por supuesto, es que los Suns perdieron ese partido por 128-126. Esto daba a los Celtics la ventaja en la serie por 3-2, y dos días más tarde cerraban el título en el Veterans Memorial Coliseum. Los Suns siguen sin tener aún un título de campeón de la NBA. Pero ese partido, y la notable actuación en playoff, dejaron una huella imborrable en el Valle.

"No hay duda de que esa temporada, ese año, las series y específicamente ese partido galvanizaron a la comunidad", dijo Jerry Colangelo, por entonces General Manager. "Unió a la comunidad. Gente de distintas creencias y distintas partes del país viajaron para reunirse alrededor de ese equipo, y así fue como entonces nos convertimos en un crisol".

Ese partido ha sido presentado desde entonces a más aficionados como una pieza básica de los clásicos de las retransmisiones deportivas.

"Nunca supe que pertenecería a la historia", dijo Ricky Sobers, base novato de aquel equipo. "Verdaderamente, nos han inmortalizado. No hay nada malo en eso en absoluto. Aún sigo saliendo y continúo encontrándome con gente que recuerdan el partido. Te sientes como si la mitad de la gente del mundo te hubiesen visto".

Salidos de ninguna parte

Tal vez lo que hizo a ese partido tan especial, fue cómo los Suns llegaron hasta el mismo.

Los Suns de la temporada 1975-76 iniciaron la campaña con un aceptable 14-9, pero pasaron por una inexplicable racha a mitad de temporada en la que perdieron 18 de sus siguientes 24 partidos lo que les llevó a caer al último lugar.

Era un equipo extraño, una mezcla de veteranos como Dick Van Arsdale, Pat Riley y Keith Erickson que estaban en el ocaso de sus carreras, y un par de novatos que había causado impacto en la liga como, Alvan Adams y Ricky Sobers, con Adams, de apenas 2.05, jugando como pívot..

Los Suns también tenían a Westphal, que había llegado en un traspaso la antes del inicio de la temporada por Charlie Scott, y también habían adquirido al alero Garfield Heard a mitad de temporada.

Cuando Van Arsdale sufrió una fractura en su muñeca a finales de febrero, parecía que se daba la temporada por perdida.

"El equipo estaba en el autobús y todos estaban desanimados después de mandar a Van a casa", dijo el locutor de los Suns Al McCoy. "De pronto, el entrenador John MacLeod fue hacia el conductor del autobús y le dijo que parase la marcha”.

"Les dijo que lo sentía por ellos porque había perdido a su capitán y la temporada no estaba yendo como esperaban. Empezó a preguntarles, '¿Para qué estás aquí? ¿Por qué estáis en este autobús?'. Se marcaron el objetivo de llegar a los playoffs, y las cosas cambiaron".

La lesión de Van Arsdale dio entrada en el quinteto a Sobers que con su defensa y su actitud agresiva cambió la cara del equipo que pasó a ganar 17 de los últimos 26 partidos. Phil Lumpkin, que sería una figura clave en el quinto partido, recuerda otro punto de inflexión que también ofrece una visión del futuro de un jugador.

"Acabábamos de recibir una paliza en Chicago, y recuerdo a Pat Riley reuniendo al equipo", dijo Lumpkin. "Señaló a un par de chicos que no mencionaré y dijo que estaban jugando un baloncesto de ‘compadreo’. Dijo que el resto de nosotros dependían de esos chicos para llegar a los playoffs y que eso no podía seguir así si queríamos ganar".

Riley recuerda dar ese discurso, pero no los detalles.

"Yo era un orador", dijo Riley, que dio algunas de las mayores charlas como entrenador de los Lakers, Knicks y Heat. "No jugaba mucho por entonces, pero era muy respetado por mi veteranía".

Debió funcionar. Los Suns ganaron siete partidos consecutivos tras la charla de Riley, llegando al último partido de la temporada jugándose el pase a play-off en cancha de Los Ángeles Lakers.

El partido fue claro para los Suns por 113 a 98, una clara victoria con un sabor especialmente dulce para un ilustre veterano. Riley, ex-jugador del equipo angelino, anotó un gancho en carrera con la izquierda para certificar el milagro de los Suns.

"Él no tenía ese tiro", recuerda Dennis Awtrey, un reserva clave de Adams en ese equipo. "Nunca lo había visto usarlo en los entrenamientos. Al final del partido, lanzó un gancho con la izquierda desde el centro para derrotar a su antiguo equipo".

Los Suns comenzaban a pensar que algo especial podría suceder. Tras ganar 10 de los 13 últimos partidos para terminar con un récord de 42-40, superaron a Seattle en seis partidos para abrir los playoffs.

Descomunal decepción

El siguiente rival de los Suns fueron los Golden State Warriors, el defensor del título de la NBA que había arrollado en la fase regular.

Phoenix recibiría un duro golpe del campeón en el primer partido, cayendo derrotados por 25 puntos, pero se reponían e igualaban la eliminatoria en el segundo. En el tercer partido los Warriors volvían a tomar ventaja en Phoenix, pero los Suns totalmente en racha igualaron la eliminatoria ganando un apretadísimo cuarto partido en una doble prórroga gracias a un tiro de Erickson, en el que podría considerarse “El Mejor Partido de la Historia”... al menos durante tres semanas. Los Warriors volvían a San Francisco para poner el 3-2 a su favor y casi sentenciar la serie, pero los Suns estaban decididos a hacer historia. Ganaron el sexto partido en casa por un punto y tumbaron a los Warriors en su propio campo en el séptimo partido para llegar hasta las Finales de la NBA. Durante aquel domingo del séptimo partido, todo Phoenix parecía desierto, pegados a la retransmisión de la CBS.

"Esa fue una descomunal decepción", dijo Joe Gilmartin, antiguo columnista del Phoenix Gazette que fue el primero en poner la etiqueta de “El Mejor Partido Jamás Jugado” sobre el quinto partido de las finales - en la edición del 5 de junio de 1976 del Gazette.

"Esa decepción de Golden State vino de ninguna parte”, dijo. "Los Warriors dominaron la liga en cada aspecto. Fue enorme, pero nadie habló jamás de eso".

Tal vez porque los Suns aún tenían más que ofrecer.

En los dos primeros partidos en Boston cayeron por 11 y 15 puntos respectivamente. Pero cuando la serie se trasladó a Phoenix, donde ganaron el tercer y cuarto partido, el momento cambió.

Hola historia

Esto creó el marco propicio para “El Partido”.

El salto inicial se dio a las 9 de la noche del viernes. El Boston Garden estaba sofocantemente cálido y vibrante anticipando un nuevo golpe.

El periodista Brent Musburger recuerda que el patriarca de Boston, Red Auerbach, había avivado los ánimos del público sugiriendo que la CBS y Musburger estaban a favor de los Suns en los partidos 3 y 4.

"Para ser honesto, posiblemente lo estaba", dijo Musburger. "Deseaba que hubiese una serie de seis o siete partidos. Eso es lo que toda televisión quiere. Me estaban esperando con todo menos llaves inglesas". Un anciano aficionado se fue en busca de Musburger y tuvo que ser detenido. Otro lo golpeó con un par de viejos calzoncillos.

"Habría sido una noche memorable para mi incluso sin ese final digno de un clásico", recuerda Musburger.

Cuando los Celtics tomaron la delantera y los Suns perdieron a Erickson, que se había torcido un tobillo cuando pisó a John Havlicek, parecía que los aficionados iban a tener lo que esperaban.

"Ganábamos por 22 bastante pronto", dijo Tommy Heinsohn, entrenador de los Celtics esa temporada. "Pero Paul Westphal sacó a relucir su magia, y empezaron a remontar".

MacLeod y otros dan el crédito a Lumpkin.

"Fue como si estuviésemos hiperventilando", dijo MacLeod. Lumpkin era un base muy pausado, cuando lo sacamos a pista, ralentizó el partido. Calmó a todo el mundo, y logramos un parcial asombroso. Creo que nos hubiesen dado una paliza de no ser por Phil Lumpkin".

Erickson estaba en el vestuario de Phoenix con hielo en su tobillo.

"Tenía una perspectiva interesante", dijo. "Tenía un auricular por lo que podía escuchar a Musburger narrar el partido, y podía escuchar a los aficionados haciendo ruido con los pies".

Erickson podía seguir las idas y venidas por el ruido del publico y la narración de Musburger conforme los Suns volvían al partido. Aún así, los Celtics mantenían el control al final del tiempo reglamentario.

"Estaba tumbado en la camilla en el último cuarto, y los utilleros llegaron con las chaquetas y pantalones sudados", dijo Erickson. "Reían y bromeaban porque los Celtics estaban a punto de ganar. Un par de minutos más tarde, el ruido paró y los utilleros se llevaban de vuelta las chaquetas".

Los Suns lograban su primera ventaja del partido a falta de 23 segundos por jugar en el último cuarto, pero Havlicek anotó uno de dos lanzamientos libres con 19 segundos por jugar para enviar el partido a la prórroga.

El tiempo muerto

"No fue un gran partido hasta las prórrogas", dijo Gilmartin. "Los Suns estuvieron horribles en el inicio del tiempo reglamentario. Los Celtics al final".

Dos veces, los Celtics lideraron la primera prórroga con 4 puntos, y cada vez los Suns volvían a igualar. Heard anotó la canasta para igualar a 101, pero el momento más controvertido llegó cuando Paul Silas, de Boston, robó el balón con tres segundos e intentó solicitar un tiempo muerto.

Los Celtics no tenían tiempos muertos.

El árbitro Richie Powers, ya fallecido, ignoró la petición de tiempo muerto de Silas. De haberlo señalado, los Celtics habrían sido castigados con una falta técnica.

"Apostaría mi dinero a que Paul Westphal habría anotado ese tiro libre", dijo MacLeod.

Westphal dijo que vio a Silas solicitar el tiempo muerto.

"Y también lo vio Richie Powers", dijo Westphal, riendo.

Silas, ex-entrenador de los Charlotte Hornets, dijo que lo intentó.

"De eso es de lo que todo el mundo aún habla 25 años más tarde", dijo. "Está bien. Lo hice. Intenté pedir tiempo muerto pero Richie Powers no me vio o no quiso verme. Sé que sienten que si se hubiese dado cuenta, aquello habría tenido un final distinto. Lo que cuenta es que no fue así y que conseguimos otro anillo".

Alguna gente de la organización de los Suns dijeron que Powers había contado a un jugador profesional de golf que no quería ver que el campeonato se decidiera por un tecnicismo. Aún así, Al Bianchi, el entrenador asistente de MacLeod, tenía un anillo en el que grabó las palabras "(Insulto), Richie Powers".

Aún no se había acabado

Llegó la segunda prórroga, y a pocos segundos del final los Celtics iban tres puntos arriba 109-106. Van Arsdale tomó el balón y anotó una suspensión corta desde la esquina para reducir la diferencia y meter presión en los verdes. Boston pasó el balón a John Havlicek, pero Westphal, literalmente salido de la nada, robaba el balón de las manos de Havlicek y pasaba a Van Arsdale. Éste a su vez conectaba con Curtis Perry que se levantaba desde seis metros para intentar poner por delante a los Suns, pero su tiro desde la izquierda falló. De nuevo Havliceck rozaba el balón de la discordia y una vez más se le escapaba, no pudiendo atrapar el rebote y palmeándolo hacia la línea lateral donde Perry recuperaba la posesión. Con gran sangre fría volvía a levantarse desde cinco metros y sumía en el silencio al Boston Garden poniendo el 110-109 a falta de cinco segundos.

Pero Havlicek iba a enmendar su tiro libre fallado en el final del tiempo reglamentario. Esta vez sí logró el balón y con una fantástica penetración lanzó entre una nube de jugadores para anotar el 111-110 con un tiro en carrera a cinco metros. Cuando anotó ese tiro, los aficionados se lanzaron en tromba a la pista y los Celtics abandonaron el campo.

"Los chicos se habían quitado las vendas de sus tobillos. Havlicek se había quitado las zapatillas", recuerda Dave Cowens, pívot de los Celtics. Powers determinó que aún restaba un segundo en el reloj. Un aficionado lo atacó. Awtrey se lanzó al suelo creyendo que alguien estaba atacando a Perry. Aquello era un caos.

En medio de aquel torbellino, Westphal apareció con un golpe de genialidad. Sugirió que los Suns debían pedir un tiempo muerto que no tenían, lo cual dio como resultado una falta técnica. Aunque eso daba a Boston un tiro libre, también significaba que Phoenix sacaría el balón desde el centro del campo en lugar de desde su línea de fondo.

"Siempre creí que no se debería sacar beneficio de una ilegalidad", dijo Heinsohn. "Y lo hicieron".

El tiro

La NBA cambió la regla a la siguiente temporada, pero los Suns lograron su saque desde el centro del campo después del tiro libre anotado por Jo Jo White.

Mientras tanto, Silas era ignorado de nuevo. Esta vez sugirió a Heinsohn que debía hacer falta ya que los Suns aún no estaban en bonus.

"Heinsohn no pensó que fueran a anotar el tiro", dijo Silas. "Quién lo iba a decir... Tommy dijo 'No, no. No hay forma de que puedan anotar un tiro con un segundo'. Por lo que cuando Gar anotó ese tiro, andando por la pista, puedes hablar de un hombre muy cabreado, ese era yo".

Los Suns habían diseñado una jugada de puerta atrás para Heard, pero los Celtics la defendieron. Así que Perry lanzó el balón a Heard aproximadamente a 6 metros del aro. Recogió el balón y lanzó un prodigioso tiro a la media vuelta. El maravilloso lanzamiento parabólico alcanzó el fondo de la red, forzando una tercera prórroga.

"Lo divertido es que si los aficionados no hubiesen entrado a la pista y atacado a Richie Powers, probablemente no hubiésemos tenido la opción de tener ese tiro", dijo Heard.

"Los aficionados probablemente mandaron el partido a la tercera prórroga. Estando en Boston, nunca pensé que lograríamos anotar ese tiro antes de la bocina. Lo que siempre recordaré es que Ricky Sobers estaba bajo la canasta con la pelota entre sus manos después de que pasara por el aro. Tenía una sonrisa de oreja a oreja allí de pie sosteniendo la pelota".

McCoy también tenía las manos ocupadas. Un borracho había estado golpeándole el hombro cada vez que los Celtics hacía algo bueno durante el partido.

"Cuando Gar anotó ese tiro, saltó y se desmayó en mi regazo", dijo McCoy. "Tom Ambrose estaba registrando estadísticas para mi, y trató de quitármelo de encima. No estaba en las mejores condicione
s".

Durante los tiempos muertos, Bianchi intentaba tener a los aficionados fuera del corro de Phoenix con poco éxito. Colangelo estaba tan disgustado con la seguridad que amenazó con no traer a los Suns de vuelta a Boston para un hipotético séptimo partido si no se hacía algo.

"Creo que habríamos ido", dijo Colangelo riendo. "Pero quería enviar un mensaje".

En la tercera prórroga, con ambos equipos exhaustos y los pívots de los Suns Adams y Awtrey eliminados por faltas y Dave Cowens, Paul Silas y Charlie Scott por los Celtics, el reserva apenas usado en Boston Glenn McDonald, anotó seis puntos en ese tercer periodo extra, ocho en total en el partido, que daban una ventaja de 128-122 para los Celtics. Pero los Suns no iban a rendirse. En un nuevo arranque de coraje los Suns estrechaban el marcador a 128-126 y Westphal a punto estuvo de robar un balón en medio campo que hubiese llevado el partido a una nueva prórroga, pero los Celtics mantuvieron la posesión y se llevaron el encuentro.

Heinsohn se desmayó tras el partido y tuvo que ser hospitalizado.

Los Suns estaban convencidos de que habrían ganado el sexto partido en Phoenix de haber salido de Boston con una victoria.

"Tras perder ese partido, volvimos a casa hundidos", dijo Joe Proski entrenador durante mucho tiempo. "El público estaba hundido, al igual que el equipo. Al final el que ganó aquel partido, ganó el campeonato. Si lo hubiésemos ganado, los habríamos tumbado en el sexto".

Los Celtics ganaron 87-80 y lograron una nueva bandera. Pero los Suns conquistaron una ciudad.

"Este es un partido que nunca se olvidará”, dijo Colangelo. "El hecho es que es un partido tan histórico que en realidad nunca se va de tu mente. Siempre está allí. Siempre vuelve".

¿No te lo crees? ¿Te has quedado con ganas de más?

Pues descarga el partido y las tres prórrogas y comprúebalo por ti mismo.

7 comentarios:

Javi dijo...

Madre mia. Me quita el sombrero ante ti. Espectacular. No puedo decir otra cosa.
Un saludo.

Maverik dijo...

¡Fantástico artículo!

Don Gatox dijo...

Como extrañaba las parrafadas!!!!!

Grande Manolo!

Anónimo dijo...

Muy bueno Manolo, me he dejado la vista pero me lo he leido, siempre habia querido ver este partido, habia escuchado mucho sobre él, visto partes pero nunca entero, y precisamente me lo empeze a descargar y publiqué los enlaces en el foro :D. Gracias Manolo ;)

Yo dijo...

k grande eres manolo!
no puedo descargarme el partido, k programa ace falta? tiene algún problema?

Manuel dijo...

Está para descargarlo con el Emule, son enlaces para ponerlo en descarga, no una descarga directa.

Anónimo dijo...

genial articulo!
Me pongo a descargar el partido ipso fuckto!