Pues sí, la historia de las últimas horas del pívot del TAU Vitoria, Will McDonald, bien podría parecer sacada de un plató de Salsa Rosa o algún programa de cotilleo similar pero podría tener unas consecuencias muy graves para muchos jugadores y clubes de la ACB.
La pasada primavera McDonald contraía matrimonio con Eva, una chica madrileña, consiguiendo de esta forma automáticamente la posibilidad de jugar como español y no ocupar plaza de extranjero. En su misma situación hay muchos jugadores de la ACB como Josh Fisher, Boniface N'Dong, Raymond Tutt etc. que podrían verse afectados si definitivamente, la sombra de los matrimonios de conveniencia hace que se rompa el pacto con la FEB.
Toda la historia ha saltado cuando el diario "Público" saca a la luz unas declaraciones en las que la esposa de McDonald deja entrever que el matrimonio no era precisamente una cuestión de amor. Según se muestra en un comunicado de la FEB, textualmente:
"Es cierto que me casé con él por amistad, pero yo tengo la conciencia muy tranquila. No creo que haya hecho nada malo. He ayudado a un amigo", confiesa.
Por lo pronto y mientras se aclara este escabroso tema McDonald no participará en la final de la Supercopa de la ACB.
¡Me despido hasta la próxima corazones! (by Anne Igartiburu, digo....Manolo)
sábado, 29 de septiembre de 2007
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¿Salsa rosa? ¡No, es la ACB! |
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Historia del Baloncesto: Los Fab Five de Michigan |
En la historia del baloncesto hay equipos que por su talento, espectacularidad, dominio y logros han pasado a la historia. Quintetos titulares que uno repite de carrerilla a pesar del paso de los años, y que pasan de generación a generación aumentando su leyenda. Éste es el caso que vamos a tratar en éste artículo, posiblemente el mejor equipo universitario de todos los tiempos, los “Fab Five” de Michigan integrados por Jalen Rose, Jimmy King, Ray Jackson, Juwan Howard y, cómo no, Chris Webber.
Chris Webber y los Wolverines de la Universidad de Michigan fueron un talentoso y brillante equipo de baloncesto universitario. El quinteto inicial se conoció como los “Fab Five” (Los cinco fabulosos), un grupo realmente fabuloso de jugadores que habían llegado a Michigan como novatos en el año 1991. Hicieron todo el camino hasta la final del campeonato de la NCAA como novatos, sólo perdiendo en la final ante un equipo con más tablas como la Universidad de Duke que defendía el título conseguido en la temporada anterior. En aquella final del año 1991, el joven equipo de Michigan daba la sorpresa colándose en la final de la NCAA contra pronóstico con un jovencísimo equipo y trataría de llevarse el título ante el potente equipo de Duke que llegaba a la final con 33 victorias y sólo 2 derrotas en todo el año. El descaro de la juventud no pudo con los Blue Devils y el equipo formado por Christian Laettner, Grant Hill o Bobby Hurley entre otros arrollaba a los Wolverines por 71-51 privándoles del título.
Como jugadores de segundo año, los Fab Five lo consiguieron de nuevo en la temporada 1992-93, recorrieron de nuevo el camino hacia el título de la NCAA contra otro experto equipo, esta vez el de la Universidad de Carolina del Norte. El dolor de la derrota ante Duke el año anterior aún estaba fresco en las mentes de Webber y los Wolverines cuando salieron en tromba del vestuario, liderados por Chris, gritando, chillando, jurando que esta vez ganarían.
Con sus compañeros de equipo corriendo tras él, como un boxeador con su séquito, Webber encabezando a Michigan en el campo, aullando, "Vais a perder este partido". Prepotente y arrogante, Webber estaba determinado a tomar la iniciativa y llevar a su equipo al campeonato. No parecía que fuese a ser de otra forma.
El momento
5 de abril de 1993. Michigan tiene el control del campeonato de la NCAA, liderando el partido por 67-63 con 4:32 por jugar. Entonces el partido da un vuelco cuando Donald Williams anota un triple. El tempo del partido cambió en el momento en que el lanzamiento tocó el fondo de la red.
Jalen Rose perdió el balón en el otro campo y Derrick Phelps contraatacó y anotó una bandeja que daba el dominio a Carolina del Norte por 68-67. En la siguiente jugada, Rose lanzaría a canasta sin tocar aro, con la posesión de nuevo para la UNC Gerge Lynch recibió en el poste y anotó de nuevo, tres arriba para los Tar Heels.
Tras una nueva pérdida de Michigan, los Wolverines trataron desesperadamente de llegar al minuto final con un marcador apretado, pero el pívot Eric Montross machacó el aro de la abierta defensa tras un pase de Lynch para colocar el 72-67 a falta de 58 segundos por jugar.
Michigan respondió con un tiro de seis metros de Ray Jackson, bajando la desventaja a un 72-69 con 46 segundos aún en el cronómetro. Michigan entonces solicitó un tiempo muerto – el último que les restaba. Los equipos prepararon sus estrategias - Dean Smith y los Tar Heels en un lado, Steve Fisher y los Wolverines en el otro. Cuando Michigan rompe el corro para volver a la pista, Fisher grita a sus jugadores, "Recordad, ¡no quedan tiempos muertos!" Casi inmediatamente, Brian Reese pierde la pelota en la siguiente posesión, y tras un fallo en el tiro de Rose, Webber captura el rebote con fiereza y anota para poner el 72-71 en el marcador con 36 segundos aún.
En la siguiente posesión de Carolina del Norte, Pat Sullivan recibe una falta. Anota el primer tiro libre, colocando a su equipo 2 arriba, pero falla el segundo. Webber – de nuevo – captura el consigue el rebote. Entonces, justo cuando va a pasar el balón, incomprensiblemente los bases de Michigan pasan a campo contrario dejando que sea el mismo Webber el que suba la pelota.
Confusamente, Webber intenta brevemente solicitar tiempo muerto. Increíblemente ninguno de los árbitros lo ve. Chris tiene tiempo de sobra - 20 segundos – pero corre hacia la pista de ataque como si apenas quedasen unos instantes en el reloj. Durante este tiempo comete pasos de salida antes de iniciar el bote de avance. De nuevo, ninguno de los árbitros señala nada, haciendo que todo el banquillo de Carolina del Norte se levante como un resorte señalando y gritando.
Con la confusión reinante en las filas de los Wolverines, ninguno de los bases acudió en ayuda de Webber cuando superó el medio campo y recibió el dos contra uno defensivo. Acorralado en la esquina, Webber se detiene buscando ayuda. Michigan está totalmente en estado de shock, apenas les quedan 11 segundos por jugar.
Dándose cuenta de que está atrapado por Lynch y Phelps justo frente al banquillo de Michigan, y sabiendo que sus compañeros no tenían idea de qué hacer, Webber se detiene, mira a su alrededor un instante, y entonces, inexplicablemente, une sus manos para formar una “T”, solicitando tiempo muerto.
Todo el banquillo de Michigan gritó al unísono, "¡No! ¡No quedan tiempos!". Más tarde el alero de Michigan, James Voskuil comentaría, "Web pensó que decíamos, “¡Tiempo muerto!”. Lynch uno de sus rivales aquél día que provocó ese dos contra uno dijo: "sonaba como si el banquillo de Michigan estuviese gritando, '¡Tiempo muerto, tiempo muerto!" El resultado fue una falta técnica en contra de Michigan. Donald Williams fue el encargado de ir a la línea. Con gran frialdad anotó ambos tiros libres, ampliando la ventaja de Carolina del Norte hasta los 4 puntos, una ventaja prácticamente irremontable dado que además los Tar Heels disponían de la posesión. El balón fue hacia Williams de nuevo, recibiendo otra falta. El banquillo de la UNC estalló de alegría cuando Williams anotó de nuevo los tiros libres, sellando de esta forma el título.
Cuando sonó la bocina que indicaba el final del partido, los jugadores de Michigan permanecieron inmóviles, aún sin creer lo que había sucedido, alrededor de la imponente figura de Webber, que palidecía por momentos. Rose llevó sus manos a la cabeza con un gesto de dolor.
Webber con lágrimas de rabia y dolor corriendo por sus mejillas sólo acertó a decir, "Le he costado a nuestro equipo el partido". Se secó lentamente sus mejillas, incapaz de comprender que él, la estrella del equipo, el líder de esta generación, el tipo que valientemente presumiera antes del partido que no había forma de que cayesen derrotados, había cometido el más grave de los errores, costándole así el campeonato a su equipo.
Aquí termina la historia de los Fab Five de Michigan, una generación que maravilló a un país y que salió por la puerta de atrás, tanto por no poder ganar el título de la NCAA como por la forma en que se disolvió el equipo.
Su gran estrella, Chris Webber, abandonó la competición universitaria y años más tarde quedó empañada su trayectoria universitaria al demostrarse mediante una investigación federal que tanto él como otros tres ex-jugadores de los Wolverines, Robert Traylor, Maurice Taylor y Louis Bullock, habían recibido más de 600 mil dólares de Ed Martín, mecenas del equipo de baloncesto de la Universidad de Michigan.
En su etapa profesional estos cinco fabulosos tuvieron suerte dispar, pero sus hazañas y talento quedarán para siempre como una de las páginas doradas en la historia de éste deporte.
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UNA BOMBA LLAMADA WEBBER, ES EL ARMA SECRETA GRIEGA |
Ahora queda por ver que decidirá Webber, que es uno de los deseados en la NBA y que en principio todo apuntaba a que jugaría otra temporada más para los Detroit Pistons. La pregunta es ¿le tentará cambiar de aires y disfrutar de nuevas sensaciones? El dinero no creo que para un jugador que ha ganado lo que él, sea lo más importante, pero ¿como andará de ese espíritu aventurero que tanto suele escasear en las grandes estrellas norteamericanas de la NBA?
Sin duda el Olympiakos ha decidido apostar fuerte para contrarrestrar el equipazo que ha juntado su eterno rival en la liga griega el Panathinaikos.
El equipo con Webber quedaría así: Blakney, Woods, Tsakalidis, Macisjauskas, Bouroussis, Vasilopoulos, Sofoklis Schortsianitis, Lynn Greer y el citado Webber. Creo que no llegaría aún al nivel del Panathinaikos, pero le podría plantar cara.
Las preguntas son varias:
¿Creeis que existe alguna posibilidad que Webber acepte la oferta?
¿Si el fichaje se realizará, que movimiento haría el CSKA para no quedarse atrás?