NO DESAFÍES A LOS CELTICS

Hoy, en Historia del Baloncesto vamos a contar unos de los episodios más míticos y épicos de la rivalidad Lakers-Celtics. Ocurrió el 5 de mayo de 1969, cuando los Lakers y los Celtics disputaron el séptimo partido de unas apasionantes finales. Esta es la historia...

Por enésima vez los Lakers y los Celtics se enfrentaban en una Final de la NBA y por enésima vez se llegaba al séptimo partido. Pero esta vez, el séptimo y definitivo partido se jugaría en el ya extinto Forum de Inglewood, en Los Angeles.

Jack Kent Cooke, el propietario de los Lakers por aquel entonces, con toda la ilusión del mundo pensó que nada mejor para celebrar el título de campeones que montar una pequeño espectáculo. Entre otras cosas, ordenó colgar del techo miles de globos listos para ser lanzados.

Cuando Red Auerbach los vió se enfureció y soltó lo siguiente: “estos globos estarán colgados toda la eterniadad”. Sin querer, Cooke había dado una fuente de motivación adicional a los Celtics.

Los Celtics eran, en 1969, un equipo viejo y decadente que a duras penas habían conseguido clasificarse para los playoffs. Pero una vez allí, se rejuvenecieron y hasta plantaron cara a los grandes favoritos, los Lakers del trío fantástico, Jerry West, Elgin Baylor y Wilt Chamberlain.

De este modo se había llegado al séptimo y definitivo partido.

Cuando Bill Russell se enteró de la fiesta que había montado Cooke, se enfureció y espoleó a sus jugadores y compañeros (por aquel entonces Russell era jugador-entrenador) con las siguientes palabras:

“Es posible que nosotros no tengamos a ninguna estrella como nuestros rivales pero yo os digo una cosa: no os cambiaría a ninguno de vosotros por nada del mundo. Quiero que sepáis que habiendo estado con vosotros, cuando me muera no podré ir al cielo porque si lo hiciera, estaría bajando un peldaño. Hoy pueden pasar muchas cosas y yo no sé que es lo que pasará. Pero si os puedo asegurar que es lo que no pasará. Hoy los Lakers no ganarán.”

Poco después, los Celtics salían con una furia y una determinación sobrehumanas para terminar el encuentro horas después, con una victoria histórica. Lakers 106 - Celtics 108.

¿Y los famosos globos? Pues como ya había insinuado Red Auerbach, se quedaron colgados mucho tiempo...

Moraleja: no desafíes a los Celtics.