KAREEM ABDUL-JABBAR (II de III)

En esta segunda entrega de la trilogía dedicada a Kareem Abdul-Jabbar nos centraremos en sus primeros años como jugador profesional, en concreto, su impacto en la NBA durante la década de los setenta, cuando el éxito individual (5 MVPs) fue tan increíble como decepcionantes los resultados a nivel colectivo (1 único anillo de campeón de la NBA).


CAPÍTULO II (período 1969-1979)

En 1969, Lewis Alcindor fue elegido como número 1 del draft de la NBA. Los afortunados fueron los Milwaukee Bucks. Nota informativa: de 1968 a 1970, los Bucks pertenecieron a la Conferencia Este, de 1971 a 1980 pertenecieron a la Conferencia Oeste y desde 1981 pertenecen a la Conferencia Este.

Cuando Alcindor entró en la NBA, las leyendas de los sesenta o bien se habían retirado (caso de Bill Russell), o bien eran auténticos veteranos de más de 30 años (Wilt Chamberlain, Elgin Baylor, Oscar Robertson, Jerry West). En el oeste estaban los eternos favoritos, los Lakers de los veteranos West, Baylor y Chamberlain mientras que en el Este estaban los Knicks y los Bullets. El primero era un equipo muy sólido liderado por el center Willis Reed y el guard Walt Frazier, mientras que los Bullets vivían de sus dos jóvenes estrellas, el center West Unseld y el guard Earl The Pearl Monroe.

En el año de su debut, la temporada 1969-70, Alcindor promedió 28.8 puntos, 14.5 rebotes y 4.1 asistencias por partido, consiguiendo que los Bucks pasasen de ser el peor equipo de la liga a ser el segundo mejor por detrás de los New York Knicks. Con esta carta de presentación, Alcindor se proclamó Rookie del año y aunque tenía números para el MVP, éste le fue concedido al gran capitán de los Knicks, Willis Reed, el líder del mejor equipo esa temporada.

No había completado ni siquiera una temporada completa en la NBA y ya nadie dudaba de que Alcindor estaba destinado a ser uno de los más grandes. Sólo le quedaba una última prueba: los playoffs. Faltaba ver como reaccionaría ante la presión y si sería capaz de liderar al equipo y asumir la responsabilidad. En los playoffs de 1970, el novato Alcindor respondió como un auténtico campeón, liderando el equipo y aumentando todavía más su aportación individual: más de 35 puntos, 17 rebotes y 4 asistencias por partido.

Pero Alcindor estaba demasiado solo y ese año los Knicks tenían un equipo infinitamente más conjuntado y compacto que los pobres Bucks. Al final, y pese a los esfuerzos titánicos de Alcindor, los Bucks cayeron claramente derrotados en la Final de Conferencia. Alcindor, como todos los centers dominantes de la historia, no podía conseguir él solito un campeonato de la NBA.

Afortunadamente para Alcindor, los directivos de los Bucks apostaron fuerte y reforzaron el equipo con el fichaje de Oscar Robertson, el legendario base de los Royals, el único jugador que ha sido capaz de promediar un triple doble durante una temporada.

Así pues, en la temporada 1970-71 los Bucks continuaban sin tener una gran plantilla pero tenían en su quinteto inicial al mejor base y al mejor center de la liga. El equipo era el que era y todo el mundo lo tenía claro: Robertson dirigía el juego magistralmente y Alcindor recibía la mayoría de los balones. El resto simplemente apoyaba interiormente y exteriormente a los dos estrellas. En defensa, el equipo confiaba en el poder intimidatorio de Alcindor así como en su capacidad reboteadora.

Con esta sencilla táctica de equipo, el éxito llegó inmediatamente. Robertson, de 32 años, y Alcindor, de 24 (cumplió durante los playoffs), lideraron la NBA con una autoridad insultante durante la temporada 1970-71. Terminaron la Regular Season con 66 victorias, con una racha de 20 seguidas, estableciendo en aquellos momentos la mejor racha de la historia, actualmente la tercera mejor racha de victorias consecutivas. Alcindor, con casi 32 puntos por partido lideró la tabla de anotadores, y además se convirtió en el MVP de la temporada. Poco después, los Bucks se proclamaban campeones de la NBA al vencer los Bullets en la Final de Conferencia. Alcindor fue el MVP de las Finales y de este modo se convirtió en el único jugador de la historia que ha logrado los tres MVP de la NBA (de rookie, de Regular Season y de las Finales) en los dos primeros años de su carrera.

Para ver en detalle los playoffs y la Final de 1971, ver el Homenaje a Oscar Robertson, segunda parte.

Al día siguiente de proclamarse campeón de la NBA, el 1 de mayo de 1.971, Lewis Alcindor adoptó el nombre árabe de Kareem Abdul-Jabbar, que significa noble, poderoso y servicial.

La primera temporada que vio el nombre de Kareem Abdul-Jabbar en el dorsal 33 de los Bucks, la 1971-72, fue una de las más increíbles de la historia. El joven Kareem Abdul-Jabbar y el veterano Wilt Chamberlain protagonizaron un espectacular duelo de titanes, como si se tratara de aquellos míticos enfrentamientos entre Russell y Chamberlain, solo que ahora Kareem hacía de Chamberlain y Chamberlain de Russell. El resultado: Kareem consiguió el éxito a nivel individual durante la Regular Season (ganó su segundo MVP después de promediar casi 35 puntos, 16.5 rebotes y 4.5 asistencias por partido) y Chamberlain obtuvo el éxito a nivel colectivo (campeón de la NBA anotando menos de 15 puntos por partido aunque eso sí, liderando la tabla de reboteadores).

En las Finales de Conferencia de 1972 se enfrentaron los Lakers de West y Chamberlain contra los Bucks de Robertson y Kareem. West dominó a Robertson y Chamberlain, que por aquel entonces tenía 35 años a punto de cumplir 36, apenas anotó pero dominó el rebote y pudo frenar un joven Kareem. Con las dos estrellas limitadas, los Bucks se hundieron por todas partes, tanto a nivel colectivo como individual. No menos destacable fueron los humillantes tapones que Kareem sufrió a manos de Chamberlain.

La edad empezaba a pasar factura al veterano Oscar Robertson, si bien los Bucks todavía lograron 60 victorias, las mismas que los Lakers, en la siguiente temporada, la 1972-73. Sin embargo, esta vez los Bucks ni siquiera llegarían a las Finales de Conferencia pues caerían contra los supuestamente débiles Warriors en las primeras de cambio. El veterano luchador Nate Thurmond consiguió frenar a Kareem Abdul-Jabbar (poco más de 20 puntos por partido durante los playoffs de 1973 cuando durante la temporada Regular había promediado más de 30 puntos por partido) y los Bucks se fueron a pique pese a los 22 puntos y 7.5 asistencias por partido de Oscar.

Después de dos malas experiencias contra centers defensivos veteranos como eran Chamberlain y Thurmond a principios de los setenta, Kareem se dedicó a perfeccionar su juego interior y especialmente el sky-hook hasta convertirse en un jugador casi indefendible.

La temporada 1973-74 fue la última de Oscar Robertson. Tenía 35 años y su juego era ya una sombra de lo que había sido. Sin embargo, la simple presencia del mejor Kareem Abdul-Jabbar (MVP de la temporada, el tercero en 5 años de profesional) fue suficiente para que los Bucks consiguieran 59 victorias y se mantuvieran entre los favoritos.

Los playoffs de 1974 fueron casi un paseo para los Bucks. Barrieron a los Bulls y tan sólo cedieron un partido contra los Lakers, que sin Chamberlain (se había retirado en 1973) no pudieron frenar de ningún modo a Kareem. El único punto negativo fue la lesión del base Lucius Allen (ex compañero de Kareem en los Bruins, ambos coincidirían más tarde también en los Lakers). En el Este, los orgullosos Celtics del veterano John Havlicek (34 años) y los jóvenes Dave Cowens y Jo Jo White consiguieron colarse a la gran Final después de derrotar a los siempre temibles Knicks.

La Final de 1974 fue un magnífico duelo entre un equipo que basaba todo su potencial en el center (los Bucks) y un equipo bajito (los Celtics). Al final, el juego rápido de los Celtics pudo con el juego estático de los Bucks. Kareem jugó a un nivel increíble pero su fiel escudero, Oscar Robertson, sucumbió ante el gran marcaje de Don Chaney, el especialista defensivo de los Celtics.

Partido 1: Celtics 93 - Bucks 83. El perímetro de los Celtics machacó al de los Bucks. John Havlicek y Jo Jo White anotaron, entre los dos, casi 50 puntos, y Don Chaney humilló a Oscar Robertson (2 de 13 en tiros de campo). Abdul-Jabbar fue un huracán ofensivo (35 puntos, 14 rebotes y 5 asistencias). El center de los Celtics, el pequeño Dave Cowens (205 cm), jugó con una furia y un coraje admirables, luchando todos los balones como si le fuera la vida y contagiando su espíritu competitivo a todos sus compañeros. El resultado: humillado en ataque (8 de 25 en tiros de campo) pero vencedor colectivo (17 rebotes y 7 asistencias).

Partido 2: partido extraordinario. Bucks 105, Celtics 96. El partido empezó óptimamente para los Bucks ya que Havlicek y Cowens se cargaron de faltas rápidamente y los Bucks pudieron sacar ventaja desde un inicio. Pero en el último cuarto los Celtics sacaron su orgullo y forzaron la prórroga. Kareem firmó un nefasto 2 de 11 en tiros de campo en el último cuarto pero en la prórroga se despertó para dominar otra vez la zona y liderar los Bucks hasta la victoria final. Kareem 36 puntos, 15 rebotes y 6 asistencias, Robertson 10 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes. Por los Celtics, Cowens otra vez humillado en ataque (8 de 22 en tiros de campo) aunque bien a nivel colectivo (11 rebotes y 6 asistencias) mientras que en el perímetro, mal Havlicek (7 de 21 en tiros de campo, 5 asistencias y 2 rebotes) y muy bien Jo Jo (25 puntos, 4 asistencias, 4 rebotes).

Partido 3: victoria de Boston (98-83) gracias a dos factores. El primero: la presión defensiva en el perímetro, forzando 27 pérdidas a los Bucks e impidiendo que Jabbar recibiera balones. En segundo lugar, el nuevo rol ofensivo de Cowens, jugando más alejado de la canasta y buscando el lanzamiento exterior. El resultado final fue un éxito absoluto: 30 puntos para Cowens por “tan solo” 26 puntos para Kareem. En el perímetro Chaney anuló a Robertson, Jo Jo firmó un partido pobre y Havlicek inmenso: 28 puntos, 12 rebotes, 7 asistencias y 6 robos.

Partido 4: victoria de los Bucks (98 a 87). Noche negra para Jo Jo White que empezó fallando sus primeros 7 lanzamientos a canasta. Los Bucks no desaprovecharon la ocasión para marcar distancias ya desde el primer cuarto. En el tercer cuarto, los Celtics reaccionaron con una fuerte presión a Oscar Robertson y Kareem Abdul-Jabbar. Los Bucks perdieron hasta 8 balones durante el tercer cuarto y los Celtics se acercaron en el marcador. Pero en el último cuarto la táctica de doble marcaje a Kareem y Robertson sólo sirvió para que los jugadores secundarios de los Bucks se hincharan a anotar. Al final, enorme Jabbar (34 puntos, 14 rebotes y 6 asistencias), correcto Robertson (10 puntos y 9 asistencias) y sorprendente Dandridge (21 puntos y 7 rebotes) para los Bucks. Por los Celtics, luchadores Havlicek (33 puntos y 5 rebotes) y Cowens (24 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias), e intermitente Jo Jo White (10 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes).

Partido 5: victoria importantísima de los Celtics (96 a 87) que dejaba la serie en 3 a 2 a favor de los verdes teniéndose que jugar el sexto partido en Boston. El quinto partido no tuvo demasiada historia. Robertson (23 puntos y 6 asistencias) y Jabbar (37 puntos, 11 rebotes y 6 asistencias) cumplieron pero el resto del equipo estuvo, simplemente, fatal (Dandrigde 4 de 17 en tiros de campo, Warner 1 de 5, Davis 3 de 8, Perry 1 de 4 y McGlocklin 1 de 4). Como siempre, grande Havlicek (28 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias), y Cowens luchador (18 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias).

Partido 6: uno de los partidos más míticos de la historia del baloncesto. Era un viernes 10 de mayo. El lugar: la ciudad de Boston. El estadio: el Garden. En juego, el título de campeón de la NBA de 1974. El partido empezó de la peor manera posible para los Celtics. Los tiros no entraban y Cowens se cargó de faltas en un abrir y cerrar de ojos. Los Bucks no desaprovecharon la ocasión y la primera parte terminó con un 43 a 31 favorable a los de Milwaukee. Pero como siempre, el orgullo de los Celtics surgió una vez más en el tercer cuarto para realizar una remontada espectacular. Faltaban poco menos de 2 minutos para terminar el encuentro y los Bucks vencían de 4 puntos. La histeria se apoderó de los Bucks que en este tiempo no serían capaces de anotar mientras los Celtics anotarían 4 puntos mediante dos lanzamientos exteriores, uno de Havlicek y el otro de Cowens. El tiempo reglamentario expiró y los equipos estaban empatados a 86.

Primera prórroga del partido 6: con el Garden en plena ebullición, los Bucks empezaban a notar el desgaste psicológico aunque los Celtics también acusaban el esfuerzo realizado durante los dos últimos cuartos. Así, la primera prórroga fue un festival de despropósitos. A escasos segundos del final ganaban los Bucks 90 a 88 y tenían lo que parecía la última posesión. Pero entonces Chaney robó el balón y rápidamente se lo pasó a Havlicek. El veterano alero de los Celtics intentó anotar el tiro del empate pero falló. Milagrosamente el balón rebotó con tal ímpetu que el propio Havlicek pudo hacerse con el largo rebote y volver a intentar el tiro del empate. Y a la segunda lo consiguió. Finalizaba la primera prórroga y los equipos estaban empatados a 90.

Segunda prórroga del partido 6: si la primera prórroga había sido un cúmulo de despropósitos, la segunda prórroga fue un auténtico festival de buen juego. El marcador se movió una y otra vez y la emoción duró hasta el último segundo. Havlicek entró en el libro de los records al anotar 9 puntos en una prórroga de Final de la NBA, 2 de ellos a falta de 7 segundos con un fabuloso tiro ante el mismísimo Kareem Abdul-Jabbar. 101 a 100 a favor de los Celtics y tiempo muerto para los Bucks. Inexplicablemente, el entrenador de los Bucks, creyéndose más listo que nadie ideó una jugada absurda y ridícula que consistía en darle el balón a Abdul-Jabbar sólo para distraer ya que al final el tiro decisivo se lo tenía que jugar el tirador Jon McGlocklin. El resultado: balón para Jabbar que recibe a gran distancia de la canasta mientras Jon permanece fuertemente defendido. 6 segundos...


Y victoria para los Bucks.

Partido 7: en Milwaukee se jugó el séptimo y definitivo partido. Los Bucks empezaron muy fuertes liderados por un inspirado Kareem, quien anotaría 14 puntos en el primer cuarto. Los Celtics reaccionaron a la desesperada aplicando una defensa de 2 y hasta 3 jugadores contra Jabbar mientras confiaban en Chaney y Havlicek para asfixiar a Robertson. La táctica resultó brillante pues Jabbar se quedó en blanco durante el segundo cuarto mientras los Celtics no paraban de anotar. Robertson tampocó ayudó mucho (2 de 13 en tiros de campo) y al final el partido resultó casi un paseo para los Celtics. Finalmente, 87 a 102 y los Celtics campeones de la NBA por primera vez desde que Russell se retirara.

Havlicek fue proclamado MVP de las Finales (26 puntos, 7 rebotes y casi 5 asistencias por partido) mientras que Kareem, pese a sus fabulosos números (32.6 puntos –mejor anotador de la final- 12.1 rebotes –mejor reboteador de la final- y 5.4 asistencias –tercer mejor pasador de la final), se quedó sin ningún premio.

Después de esa Final perdida, Robertson se retiró y los Bucks se quedaron con tan solo una estrella: Kareem.

La temporada 1974-75 fue un desastre para el equipo de Milwaukee. El equipo acusaría la baja de Robertson hasta límites insospechables. Kareem mantendría unos números de crack (30 puntos, 14 rebotes y 4 asistencias) pero los Bucks bajarían hasta las profundidades de la clasificación.

Quizás desmotivado por encontrarse en un equipo hundido, quizás porque realmente no se sentía cómodo en una ciudad pequeña donde la gente no le gustaba que su estrella fuera musulmana (esa es la versión de Kareem), lo cierto es que a finales de 1975 Kareem forzó su traspaso.

Su nuevo equipo fueron los Lakers de Los Angeles, un equipo también en proceso de reconstrucción después de las retiradas de Chamberlain y West. Sería en los Lakers donde Kareem empezaría a usar gafas protectoras.

En su primera temporada como Laker, la 1975-76, Kareem se consagró como el mejor jugador de la liga a nivel individual (segundo mejor anotador, máximo reboteador y máximo taponador de la competición). Ganó su cuarto MVP con 27 puntos, 17 rebotes, 5 asistencias y 4 tapones por partido, y los Lakers mejoraron sensiblemente (10 victorias más durante la Regular Season pero todavía lejos de poder jugar los playoffs).

A finales de 1976, la NBA absorbió parcialmente la ABA, aumentando en 4 el número de franquicias participantes en la mejor liga del mundo (los Nuggets, los Nets, los Spurs y los Pacers). Finalmente, Julius Erving, el Doctor J en persona, aterrizaba en la NBA.

Pero el gran vencedor de la temporada 1976-77 no fue ni Kareem ni Erving sino un joven blanquito llamado Bill Walton. Ni los Lakers de Kareem ni los Sixers de Erving, los grandes favoritos al título, pudieron contra los Trailblazers de ese joven prodigio llamado Bill Walton.

A nivel individual, Kareem continuaba siendo el jugador más determinante de la liga (quinto MVP ese año), pero ni siquiera sus magníficas actuaciones pudieron evitar que los Lakers cayeran en las Finales de Conferencia por un humillante 4-0.

Las siguientes dos temporadas (1977-78 y 1978-79) también fueron decepcionantes para los Lakers, pese a que en 1977 se habían reforzardo brillantemente con 3 grandes adquisiciones: el base Norman Nixon y los aleros Adrian Dantley (futura estrella en los ochenta, si bien lejos de Los Angeles) y Jamaal Wilkes (campeón de la NBA en 1975con los Warriors).

Después de 10 temporadas en la liga, Kareem Abdul-Jabbar tan sólo había ganado 1 anillo de campeón. Como ya le hubiera ocurrido anteriormente a Wilt Chamberlain, Jabbar tuvo que soportar durante buena parte de su carrera una crítica feroz y despiadada que le acusaba de “poco agresivo”, “blando” y “perdedor”.

Entonces, en 1979, cuando ya nadie apostaba por Kareem y los Lakers, el equipo californiano se hizo con el número 1 del draft. Lo demás, como se suele decir, es historia. Los Lakers eligieron a un chaval de 19 años llamado Earvin Johnson. Y con el chaval vino el éxito. Y con el éxito el reconocimiento. Y es que 10 años después, Kareem se retiraría con 6 anillos de campeón y varios records, pero sobretodo, y como él mismo siempre ha afirmado, al final se retiró siendo respetado. Después de años de calumnias e infamias, el destino glorioso que toda leyenda se merece abrazó a este fabuloso jugador llamado Kareem Abdul-Jabbar.

Próximamente, en la tercera parte de esta trilogía hablaremos más detalladamente de la última etapa de la carrera deportiva del mítico 33 de los Lakers.