EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: BILL RUSSELL
Russell fue el pilar defensivo de los Celtics de los años 60, el mejor equipo de todos los tiempos. Pese a ser un jugador muy limitado ofensivamente, mediante una tenacidad y un espíritu ganador fuera de lo común, el center de los Celtics anuló a todos los rivales que osaron interponerse en su camino hacia la victoria. El gran mérito de Russell es que no sólo desgastaba físicamente a los rivales con tapones, robos y marcajes implacables sino que además los desgastaba psicológicamente. Cada rebote, cada tapón, cada acción defensiva del center de los Celtics era una muestra de superioridad frente al rival. Como diría el mismísimo Russell, “se trataba de hacer entender a nuestros rivales de que no podían anotar, de que todos sus intentos acabarían en fracaso”. El resultado de aplicar este estilo de juego fue un éxito sin precedentes.
Para quien firma este humilde artículo hay una jugada que define a la perfección el estilo de Russell. Fue en las Finales de 1.965 contra los Lakers. Los Celtics fallan un tiro, el rebote es para los Lakers que rápidamente pasan el balón al legendario Jerry West. West había cruzado como un relámpago la pista. La canasta parece evidente. Nadie intentaría jamás detener semejante acción... excepto Bill Russell. Mientras West disfruta de una elegante bandeja, Russell cruza todo el campo y consigue un tapón simplemente alucinante. Esta jugada la podéis ver en el DVD “The 100 Greatest Plays in the NBA history” que seguramente debe estar circulando por la red.
Pero todavía hay más. Y es que Russell no era sólo un defensor extraordinario y un magnífico reboteador. También era un jugador de equipo y un gran líder. En realidad, una cosa lleva a la otra. En efecto, si un jugador es una muralla infranqueable que captura todos los rebotes, los demás componentes del equipo jugarán con más confianza que los rivales. Cuando un jugador de los Celtics fallaba, todo el equipo sabía que Bill Russell estaba allí para corregir el error. Cuando Russell detenía un ataque rival, los Celtics se lanzaban al contraataque. Si los Celtics fallaban un lanzamiento sabían que Bill Russell estaba allí para coger el rebote. I así un largo etc. Como diría su excompañero de equipo y actualmente entrenador de los Warriors, Donald “Don” Nelson: “Hay dos tipos de super estrellas. Las que brillan en solitario por encima de los demás jugadores y las que hacen mejores a sus compañeros, como Russell”.
El arma principal de Russell era el tapón. La tiranía de Mikan había obligado a revisar las reglas de los tapones (inclusión del tapón ilegal) y de la posesión del balón (inclusión de los 24 segundos) a principios de los años 50 del siglo pasado. Como respuesta a estas nuevas normas, el baloncesto se transformó de la noche a la mañana en un deporte tremendamente ofensivo. Ya nadie se preocupaba de la defensa. Con la nueva norma del tapón ilegal, el número de jugadores capaces de taponar se redujo considerablemente. Detener a un rival a base de tapones parecía una misión imposible. Pocos podían imaginar que la auténtica revolución estaba por llegar.
En 1.956 Bill Russell participó en el draft de la NBA. Ese mismo año, el gran George Mikan se retiró y se terminó la dinastía de los Lakers de Minneapolis. Aunque las habilidades de Russell era de sobras conocidas, en aquellos momentos era impensable considerar que la estrella de un equipo fuera un jugador básicamente defensivo. Téngase en cuenta de que por aquel entonces, en las universidades americanas brillaban dos jóvenes llamados Wilt Chamberlain y Elgin Baylor, auténticas máquinas ofensivas. Sólo había un hombre que creía ciegamente en Bill Russell. Era el entrenador de los Celtics, que consideraba que Russell debía ser el pilar central de su nuevo proyecto ganador.
Ese entrenador era, naturalmente, Arnold “Red” Auerbach (1.917-2006), un tirano compasivo (así se autodefinía él) que sólo pensaba en una cosa: la victoria.
“El baloncesto es como la guerra en el sentido de que primero se desarrollan nuevas ofensivas y poco después se inventa una réplica defensiva”. Sólo un hombre con esta filosofía podía confiar ciegamente en Bill Russell.
"La estrategia es algo que todo el mundo puede aprender, pero no todos los entrenadores se molestan en comprender la personalidad de sus jugadores”. Ese era el secreto del más grande, esa fue la clave del éxito de Red.
El mismísimo Bill Russell ha reconocido que llegó a dudar de que fuera capaz de triunfar en la NBA debido a sus limitaciones técnicas, pero entonces Auerbach le dijo: Just do what you do best.
A mediados de los 50, los Celtics ya eran un buen equipo, sobretodo ofensivamente. No en vano, en 1.956 habían llegado a la Final de la NBA gracias al dueto fantástico: Bob Cousy (el mejor pasador de la liga) y Bill Sharman (un tirador letal). El problema eran los rebotes y la defensa. Los Celtics tenían un center de 203 cm llamado Ed “Easy” Macauley, un jugador tremendamente ofensivo pero también muy limitado en tareas reboteadoras (apenas 8 rebotes por partido) y defensivas. Actualmente puede parecernos obvio que un equipo tan descompensado no pudiera jamás ganar un campeonato pero debemos tener en cuenta que si pensamos así es gracias a Auerbach y Russell. Fueron ellos quienes nos enseñaron de la importancia de la defensa y el rebote.
Aunque Auerbach deseaba de veras a Russell, lo cierto es que el draft del 1.956 no era para nada favorable a los intereses de los Celtics. Como habían quedado segundos, los Celtics serian uno de los últimos equipos en poder elegir. Para más inri, los Celtics también deseaban la jove promesa Tom Heinsohn, un gran anotador-reboteador de 2 metros de altura. En aquellos tiempos había una norma llamada “territorial selection” que permitía “reservarse” un jugador del draft si este jugaba al territorio de la franquicia. Con la “territorial selection”, los Celtics se aseguraban Tom Heinsohn pero por contra, se quedaban sin poder elegir a nadie en la primera ronda del draft. Era obvio que alguien acabaría pillando a Russell antes que los Celtics pudieran hacerlo. Por eso, Auerbach planeó un intercambio. Los primeros a elegir eran los Royals, pero como tenían al joven y prometedor center Maurice Stokes, no representaban una amenaza para los interes de los Celtics. Los segundos en poder elegir, los Saint Louis Hawks del magnífico Bob Pettit, no estaban realmente interessados en Bill Russell però sí que estaban dispuestos a realizar un intercambio con los Celtics. El precio para Bill Russell fue Ed “Easy” Macauley (ex-jugador de la universidad de Saint Louis, Ed era el ídolo de la afición en esa ciudad) y el rookie Cliff Hagan.
El resultado de tal intercambio: los Hawk lograron el campeonato en 1958, pero los Celtics consiguieron una dinastía.
Russell demostró que la defensa es la auténtica clave de la victoria en nuestro querido deporte. Entre otras cosas, el center de los Celtics fue el primer jugador que entendió que para taponar y rebotear lo más importante es coger la posición y anticiparse. Jamás anotó más de 20 puntos por partido, pero como decía Auerbach: “no me importa si mis jugadores meten 50 puntos o 5, sólo me importa ganar”. Y ciertamente, los equipos donde jugaba Russell solían ganar los partidos.
3 comentarios:
MAvericks siqueires elimna la entrada y ponla mas arriba para que se vea, porue la hemos tapado, cuando pongas algun articulo asi, espera al menos que pongamos los partidos,el reporte y la primera tanda de noticias (para el medio dia suele estar, como muy tarde a las dos) pra asi dejarlo arriba durante la tarde y qeu se vea mejor, lo dicho en tu mano esta si quieres cambiarlo y ponerlo mas arriba, yo te lo decoro tambien si quiers jajaja
defensa y rebote... se puede ganar desde la ofensiva y el espectaculo.
Aun quedamos algunos romanticos
muy bueno maverick. abra segunda parte?
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